autorretrato en espejo convexo ij







Es la melodía pero faltan las palabras.
Las palabras son solo especulación
(del latín speculum, espejo)

Nosotros solo vemos las posturas del sueño,
pasajeros de la emoción que gira y revela
al rostro bajo cielos crepusculares
sin falso desaliño como prueba de autenticidad.

No es posible
figurarla plana como la sección de un muro:
debe ajustarse al segmento de un circulo
regresando, errática, al cuerpo que parece
tan insólotamente pertenecer, para crear y apuntalar el rostro,
cuyo esfuerzo ante este estado se insinua
en la sonrisa que apenas se dibuja, como una chispa
o un astro que uno cree haber entrevisto
cuando retorna la oscuridad.

Pero tus ojos proclaman
que todo es superficie. La superficie es lo que hay allí
y solo puede existir lo que hay allí.
en la estancia no hay recovecos

le temps, la pabra para tiempo, y que describe
una trayectoria en la que los cambios sólo son
rasgos del conjunto. El conjunto es estable
en su inestabilidad

no hay palabras que digan lo que realmente es, que no es
superficial sino un centro visible, así tampoco existe
solución para el problema del pathos enfrentado a la experiencia.
Tú te quedarás ahí, díscolo, sereno
en tu gesto que no es ni abrazo ni advertencia
sino que contiene algo de ambos
en pura afirmación que nada afirma.

Cuántas personas vinieron y se quedaron un tiempo,
pronunciaron palabras claras u oscuras que pasaron a formar parte de ti,
Como la luz tras la niebla y la arena empujadas por el viento,
que las filtra las influye hasta que nada permanece
que podamos decir que eres tú. Aquellas voces en la penumbra
ya te lo han dicho todo, pero la historia prosigue

terrones







Marianne Brandt








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